miércoles, 15 de junio de 2011

OÍMOS O ESCUCHAMOS A NUESTRA JUVENTUD

Antes que nada pondré las definiciones encontradas en R.A.E.

Definición de oír: (Del lat. audīre).

1. tr. Percibir con el oído los sonidos.

2. tr. Dicho de una persona: Atender los ruegos, súplicas o avisos de alguien, o a alguien.

3. tr. Hacerse cargo, o darse por enterado, de aquello de que le hablan.

4. tr. Asistir a la explicación que el maestro hace de una facultad para aprenderla. Oyó a Juan. Oyó teología.

5. tr. Der. Dicho de la autoridad: Tomar en consideración las alegaciones de las partes antes de resolver la cuestión debatida.

Definición de escuchar: (Del lat. vulg. ascultāre, lat. auscultāre).

1. tr. Prestar atención a lo que se oye.

2. tr. Dar oídos, atender a un aviso, consejo o sugerencia.

3. intr. Aplicar el oído para oír algo.

4. prnl. Hablar o recitar con pausas afectadas.

Mi reflexión para hoy es si la interactuación que tenemos como adultos con nuestra juventud es la adecuada, indistintamente del vínculo que tengamos con ellos.

¿Dejamos de escucharlos cuando nos sentimos juzgados por lo que puedan expresarnos ya que ello supondría una pérdida de razón como adulto?

¿Nos consideramos superiores a ellos en cuestión de conocimientos, es real esta visión por nuestra parte?

¿Los consideramos suficientemente maduros como para tomar en consideración sus exposiciones?

¿Nuestras posibles actitudes a lo largo de la convivencia puede influir en que esta juventud dejen de ser "libres pensadores" con nuestra comunicación no verbal o verbal?

Creo que en muchas ocasiones hemos mimado en exceso a la juventud y ello nos ha impedido percatarnos de que han crecido, no solo físicamente sino también en conocimientos y que tienen sus propios criterios y sus propias inquietudes.

Creo que los adultos por el hecho de lo vivido y la inexperiencia que ellos sufren en muchos sectores nos sentimos superiores y en cierta medida no les escuchamos adecuadamente porque nuestro EGO no nos lo permite.

Creo que todos hemos sido jovenes y hemos tenido inquietudes que en muchos casos acabaron en frustraciones y en otras en éxitos y lo que nos expresan en ocasiones lo consideramos "fantasias de adolescentes"... y mi pregunta es ¿Y porque no es posible lo que nos proponen? Son sus inquietudes y deben desarrollarlas y satisfacerlas...¿ porque no ayudarles a darles forma no desde nuestro criterio sino respetando el de ellos?

Yo me retiro a reflexionar.... porque creo que todo requiere un cambio y soy consciente de que debe producirse para que nuestra juventud se sienta más segura a la hora de decidir y reivindicar lo que quieren para ellos... nosotros somos importante en este cambio ya que ello supondrá una implicación por nuestra parte ofreciéndoles apoyo cuando lo precisen y en muchas ocasiones simplemente es ser escuchados y en caso preciso dar nuestro consejo.... nada más.

Un abrazo

Africa

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