Las historias se repiten constantemente, es el único modo de poder aprender de las lecciones que no hemos aprendido en una o en varias de las vivencias otorgadas por la vida.
¿Pero que pasa cuando la vivencia no dependía de uno, sino que la implicación ha sido de varios y por malas decisiones no se ha podido concluir? Puede que la vida nos lleve a arrastrar permanentemente ese asunto inconcluso, quizá esa sea la lección, el aceptar que no tendrá resolución y que deberemos pagar por ello.
Llevo días reflexionando sobre diversos temas que aparecen y desaparecen a lo largo de mi existencia, pero que en esta aparición ya no quiero volver a guardar en la caja de Pandora, preciso solucionarlos y un modo de hacerlo es enfrentando la situación.
Los movimientos que estas historias si son debidas a un cierre de puerta en un momento inadecuado, al no aprender la lección se repite y de forma mucho más dolorosa, pero en sí no deja de ser aprendizaje.
Que debemos hacer cuando las situaciones se presentan repetidas, estudiarlas, mirar hacia el pasado y ver en que nos equivocamos y rectificar, esa es la solución a dichos aprendizajes.
Yo hoy no cerraré la puerta, pero tampoco abriré otras hasta que está esté solucionada ya que es demasiado peso en mi persona.
Hoy veo un nuevo amanecer, pero solo porque trabaje de noche y es el regalo que obtendo de una cansada noche, pero no lo siento como en otras ocasiones y eso me preocupa enormemente.
Quiero seguir adelante, quiero aprender de las lecciones y en ciertos momentos me doy cuenta que no avance, que me estanque, y eso me produce desaliento motivado porque todo el recorrido realizado no sirve de nada, sigo estancada en un punto de mi vida que no me permite seguir.
Un abrazo
Africa
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