sábado, 12 de enero de 2013

LOS CUATRO ELEMENTOS DEL AMOR AUTÉNTICO

Cultivarlos es el secreto para tener relaciones sanas y profundas. 

El maestro Thich Nhat Hanh nos habla de la grandeza de este sentimiento.

El amor auténtico nos hace felices. Si el amor no nos hace felices, no es amor, es otra cosa.

El auténtico amor está hecho de:

* Bondad (maitrí)
* Compasión (karuna)
* Alegría (mudita) y
* Ecuanimidad (upeksha).

Aporta alegría y paz y alivia el sufrimiento.

No necesitas a otra persona para practicar el amor. Practica el amor contigo mismo. Cuando lo logres, amar a otra persona se convertirá en algo muy natural. Tu amor será como una lámpara que brilla; hará felices a muchísimas personas.

El espíritu de lo sagrado está hecho de atención plena, concentración y conciencia. Cuando prácticas las cuatro cualidades del amor auténtico, tu amor es sanador y transformador, y tiene en sí mismo un elemento de santidad.

LA BONDAD (Maitri)

Es el primer elemento del amor. La palabra maitri procede del sánscrito mitra, que significa "amigo".

Así pues, el amor es amistad, y esa amistad producirá felicidad. De lo contrario ¿de qué sirve la amistad? Ser amigo significa ofrecer felicidad. Si el amor no ofrece felicidad, si hace que la otra persona esté todo el tiempo llorando, no es amor; es lo contrario.

Maitri, se traduce al español como "bondad", la capacidad de ofrecer felicidad. El amor a uno mismo es la base para amar a otra persona. Si no sabes amarte y ofrecerte felicidad a ti mismo, ¿cómo puedes amar y ofrecer felicidad a los demás? Vive de una manera, que te aporte alegría y felicidad, y entonces podrás ofrecérselas a los otros. 

Sabemos que la felicidad tiene algo que ver con el sufrimiento. Si no lo comprendemos, no podemos saber qué es la felicidad. si no sabes manejar en ti un sentimiento doloroso  ¿cómo puedes ayudara otra persona a hacerlo? Por eso, el amor a uno mismo es crucial. El éxito de una relación depende de que reconozcamos nuestras emociones y nuestros sentimientos dolorosos, no luchando contra ellos, sino aceptándolos, abrazándolos y transformándolos para obtener alivio.


LA COMPASIÓN (karuna)

El segundo elemento del amor es karuna, que se traduce al español como "compasión". Karuna es la capacidad de aliviar el sufrimiento, de eliminarlo y transformarlo. Cuando alguien a quien amas sufre, estás motivado para hacer algo que lo ayude. Pero si no sabes cómo manejar el sufrimiento en ti mismo, ¿cómo puedes ayudar a los otros a manejarlo?

Podemos aprender a abrazar y aceptar el sufrimiento y a usar la atención plena, la concentración y la clara conciencia para comprender su naturaleza. No solo tenemos que reconocer el sufrimiento, el dolor y las dificultades en nosotros, sino que también tenemos que dedicar tiempo a hacerles frente y transformarlos.

La palabra compasión no refleja de manera suficiente el significado verdadero de karuna. El prefijo "com" significa "junto", y "pasión" significa "sufrir". Así pues, ser compasivo significa sufrir junto con la otra persona. Pero karuna no requiere sufrimiento. Karuna es la capacidad de aliviar el sufrimiento en ti y en la otra persona. Cuando conozcas la práctica de la respiración consciente, de llevar con ternura tu dolor y tu tristeza, de examinar en profundidad la naturaleza del sufrimiento, entonces podrás transformar ese sufrimiento y aportar alivio.

Tenemos que distinguir entre la voluntad y la capacidad de amar. Puedes estar motivado por la voluntad de amar, pero si esa es tu única motivación, el otro sufrirá. Porque la voluntad de amar no llega a ser amor. Muchos padres quieren a sus hijos. Sin embargo, los hacen sufrir mucho en nombre del amor. Con frecuencia no son capaces de comprender el sufrimiento, las dificultades y las esperanzas de sus hijos.

Amar no significa solamente la intención o disposición de hacer feliz a alguien, sino la capacidad para hacerlo. Esa capacidad de amar es algo que tienes que aprender y cultivar. Examínate y reconoce el sufrimiento en ti mismo. Si reconoces, abrazas y transformas tu sufrimiento y tus dificultades, entonces te amas a ti mismo. Basándote en esa experiencia, lograrás ayudar a otra persona a hacer lo mismo, con un sentimiento de alegría y felicidad.

LA ALEGRÍA (mudita)

Mudita es el tercer elemento del amor auténtico. El amor debería procurarnos alegría. Si el amor solo trae consigo lágrimas ¿porqué habríamos de amar? Si te ofreces alegría a ti mismo, sabrás cómo dar alegría a tu pareja y al mundo.

Se ha traducido mudita por "alegría empática" o "altruismo". No me gusta esa traducción porque, si tú no tienes alegría, no puedes ofrecerla. La alegría es para ti, pero también para mí. El verdadero practicante sabe cómo ofrecerse alegría a sí mismo. No debemos hablar de alegría altruista. La alegría es solo alegría. Si realmente estás alegre y tu alegría es sana, eso beneficia a los demás. Si no estás alegre, ni en actitud natural, o no sonríes, no beneficia a nadie. Si estás habitado por la alegría y la naturalidad, aunque no hagas nada nos beneficiamos de ti.

LA ECUANIMIDAD (upeksha)

El cuarto elemento es upeksha, que significa "ecuanimidad" y "no discriminación". En el amor auténtico, no hay distinciones entre quien ama y quien es amado. Tu sufrimiento es mi sufrimiento. Mi felicidad es tu felicidad. Amante y amado son uno. No existen barreras.

Otra manera de traducir upeksha es "inclusividad". En el amor auténtico no excluyes a nadie. Si tu amor es amor auténtico, beneficiará no solo a los seres humanos también a los animales, las plantas y los minerales. Pero si amas a alguien y te quedas atrapado en el sufrimiento y el apego, entonces te aislas de los otros. Eso no es amor auténtico.

El regalo más profundo que la atención plena nos puede procurar es la sabiduría de la no discriminación. No discriminas entre ti mismo, tu pareja, todas las personas y todos los seres vivos. Tu corazón se ha agrandado y tu amor no conoce obstáculos.

Texto extraído de Mente Sana





No hay comentarios:

Publicar un comentario