El transcurrir del día a día nos va mostrando una inmensidad de mensajes, que hacía un tiempo no podían tener respuesta, porque las respuestas las hacen los pasos que damos cada uno de nosotros en nuestro caminar.
El estar receptivo, el ser observador y protagonista al mismo tiempo, nos da la oportunidad de apreciar con el corazón lo que con los ojos somos incapaces de ver.
Hoy no fue un buen día, pero muchos lo son y otros son luminosos, solo debemos transitarlos sin desesperarnos de que la solución solo depende de nuestra actitud.
Sonrie!!! nos dicen, y lo cierto es que no quiero sonreir, porque no es un momento para ello, solo debo aprender a salir a flote ante situaciones que me bloquean la sonrisa, cuando me desbloquee, tranquilo, te cansarás de verme sonreir.
No llores!!! nos dicen, y es sin embargo es lo más sano que podemos hacer, descargar toda la negatividad que ciertas situaciones, contestaciones, nos han hecho llegar hasta esta emoción la de llorar, pero es preciso no escuchar tanto lo que los demás quieren que hagas, porque en sí, es tu vivencia la que hará que uno consiga superar ese mal momento.
Yo suelo tener días luminosos, al despertar miro siempre por la ventana, donde mi jardín no demasiado cuidado me muestra su belleza y la se ver. El sol traspasando el cristal me da la bienvenida a un nuevo día y con sus rayitos de sol me habla del calor humano que hay fuera de mi habitación y que está a la espera de que les sonría, quizás les ayude a cambiar el modo en que vieron amanecer ese nuevo día, no lo se.... pero eso percibo.
Las situaciones y las decisiones son nuestras mejores lecciones, el no negarse, el hablar con claridad y con respeto, el no invadir espacios que no pertocan invadir, el preocuparse por un hermano que esta enfermo, el abrazar a quien lo precise sin pensar el motivo de la acción, el dar respuesta a alguien que te envia un e-mail en el que te explica algo que no va contigo directamente pero que su resolución nos incumbe a todos, y muchas cosas más, son momentos en que uno comprende el porque uno debió nacer.
Se que no siempre se tiene que caer bien a todo el mundo y eso se debe aceptar, porque somos muchos y las afinidades al fin y al cabo es lo que unen a las personas, pero lo importante es nunca descartar a nadie, porque quizás algún día una situación precise de esa energía que se rechazo de modo irracional y entonces uno comprenda que ya es tarde para rectificar, porque esa persona se alejo, se marcho y siguió su camino. Yo nunca rechazo a nadie si no lo hacen conmigo.
No se porque escribo esto, quizás porque preciso leerlo... no lo se, solo se que en los momentos más tristes es cuando uno ve la sensibilidad innata que surge sin más, pero que es preciso sacarla para poder entender lo intendible.
La sociedad sigue dando consejos, aunque sean los mismos que aconsejan que no los des si no los piden, es tan complejo todo, es tan díficil de transitar por una sociedad así que cada día me entran más y más ganas de volver al lugar en que pertenezco para poder estar en paz.
Las relaciones llenan el alma, pero también todo lo contrario, y ........... (no quiero seguir hablando).
Un abrazo
Africa
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