Las decisiones son nuestro camino, las acertadas, las erradas e incluso los momentos de duda, son pasos necesarios dados que nos llevaron a un lugar ¿cuál? el del crecimiento, el de un cambio, el de una frustración el de un temor. Pero todo es experiencia y como tal, todo debe aceptarse sintiéndolo nuestro, haciéndolo nuestro hasta que ya no lo precisemos y lo podamos soltar para poder seguir transitando.
Hay quien cree todavía en la perfección, cuando en sí la perfección es tan imperfecta que llega a nublar nuestras mentes, queriendo conquistarla, cuando en sí, ya forma parte de nosotros. El hecho de querer ser mejores no quiere decir que todo debamos hacerlo bien, que todo sea éxito, que todo sea maravilloso, que todo sea .... es la mayor mentira que nos podíamos otorgar, ya que el querer imponernos esta creencia nos lleva a sentirnos mal, a sentir que todo lo erramos, que todos nos juzgan, cuando en sí, todo eso que pensamos es el reflejo de lo que sentimos de nosotros mismos y lo proyectamos al exterior.
El permitirse transitar en la imperfección, nos hace vibrar porque se da cavidad a que nos caigamos y como aprendizaje tengamos que aprender a levantarnos, ¡QUE GRAN LECCIÓN APRENDIDA! cuando eso sucede y sabemos valorar ese tropiezo, el errar es renovarnos, es reflexionar no sobre lo sucedido y saber ponernos en el lugar del error cometido como única causa, no siempre es uno el causante, pero cada uno debe preocuparse de la parte que le pertoque trabajarse.
Las dudas, son sanas cuando no son demasiado prolongadas, ya que ello nos puede llevar a una apatía en la realización del aprendizaje, pero como ya exprese más arriba, son nuestras decisiones y debemos acogerlas y respetarlas. Si una duda, nos llevo a un lugar no deseado, hay grandes probabilidades de que en la siguiente experiencia que precises decidir, no le darás tanta cavidad, ni tanto tiempo y simplemente por un motivo, ya viviste la experiencia y solo podemos modificar cuando ya lo hemos transitado y hemos llegado a una conclusión sobre
Vivimos, como si no tuviésemos caducidad, vayaaaaa!!! por favor despertemos que nos queda poco tiempo, ¿para qué? para vivir, para sentir, para ser, pero eso solo lo decidimos nosotros si queremos hacerlo.
Yo quiero errar, porque quiero aprender.
Yo quiero ganar, pero también quiero perder.
Yo quiero la luz, pero también la oscuridad.
Es un buen modo de transitar
percibiendo lo bueno y lo malo
de cada decisión
de cada elección
de cada experiencia vivida.
Un abrazo
Africa
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