viernes, 31 de agosto de 2012

EXPRESARSE

¿Qué sucede cuando uno se siente mal y lo expresa?
 
Pues que el hecho de hacer consciente ese sentir que nos lleva a la negatividad permanente o temporal dependiendo del asunto del que se trate, ya empieza a realizarse su cura.
 
Explicar a un amigo/a, pareja, en resumen, a alguien de confianza abiertamente un asunto que nos hace sentir mal es un buen antídoto para bajar niveles de estrés y en parte calmar momentáneamente el dolor que sentimos. Este paso nos llevará a otro más grande, donde esa calma momentánea precisa ser más permanente y así hasta que el asunto del dolor quede extinguido.
 
Un asunto inconcluso, una confusión momentánea, un exceso de trabajo o cualquier situación que nos lleve a desequilibrarnos emocionalmente a la larga acabará haciéndolo físicamente, solo es cuestión de tiempo. Es por ello que desde mi parecer la expresión del dolor es necesario expresarlo para que esto no suceda y al mismo tiempo nos servirá como aire fresco para posibles futuros pasos en la resolución del problema que nos produjo tal dolor.
 
Personalmente, como todo ser en la tierra tengo mis asuntos inconclusos, mis dolores del alma que todavía deben cicatrizarse, pero procuro en momentos en que me veo capaz el dar un paso más para concluirlos, se que es tema difícil de resolución, pero es mejor dar un paso y pararnos que no dar ninguno y seguir permitiendo que ese dolor nos desequilibre en cualquier momento y cada vez que surja el dolor será mayor.
 
¿Cómo hacerlo? tomando la decisión de hacer todo lo posible por recuperar el equilibrio, pero no de cualquier manera, sino solucionándolo, concluyéndolo. Pero para poder hacerlo debemos aprender a comprometernos en que si queremos curarnos, debemos pedir ayuda en caso de no poder realizar ese movimiento solos, debemos ser sinceros y cautos a quien se lo expresamos ya que no todas las personas nos servirán para ayudarnos.
 
Expresate, deja de lado el miedo de que puedan juzgarte, es necesario hacerlo para sanarse. Uno de los motivos por los que existen los psicólogos y terapeutas, es porque la humanidad ha dejado de comunicarse con los demás abiertamente y se precisan de estos espacios protegidos para poder expresarnos con alguien a quien le otorgamos nuestra confianza, para que nos ayude a crear un boceto de mapa emocional donde poder dirigirnos para solucionar nuestros problemas aparentes. En muchas ocasiones lo sorprendente es el descubrimiento de que un dolor de corazón no lo produjo una situación del presente sino algo mucho más lejano y del que no nos acordamos ya que cayó en cierto momento en el baúl del olvido emocional, porque nos suponía una molestia o incapacidad de solucionarlo entonces o incluso diría que no fuimos conscientes de esa herida hasta volver a vivenciarla en el presente de forma fortuita.
 
El corazón, se resiente del estres producto de unos altos niveles de emociones acumuladas y no expresadas, el corazón precisa descanso y fluir armónicamente en su bombeo, cumpliendo con la función que le pertoca realizar, no como escudo de emociones y en ocasiones ese es el uso que le damos y de forma reiterada.
 
Es interesante el darnos cuenta de que vivimos en una sociedad solitaria, pero que dentro de la soledad de cada uno hay una conexión con alguien a quien poder dirigirse.

Si nos parasemos a escucharnos sabríamos a quien debemos expresarlo sin ningún tipo de error por nuestra parte ya que no sirve cualquier persona para ayudarnos, ya que no todos están preparados para ello,  no todos saben escuchar o incluso diría que muchos si tienen la capacidad de otorgar una mano para ayudar y de escuchar pero están en un aprendizaje suyo y en ese momento resulta complicado el poder otorgarle una energía que uno mismo precisa.
 
Yo brindo por quien tiene la valentía de pararse, escucharse y querer dar un paso más para cicatrizar heridas de batallas pasadas que siguen sangrando en el presente por mucho que duelan y nos hagan sentir vunerables. Es un manera de demostrarnos a nosotros mismos la  grandeza de espíritu por ser mejor ante uno mismo y valiente, aún sabiendo que podemos caer en el camino momentáneamente solo será cuestión de volver a levantarse, coger aire y seguir adelante.
 
Creando un hábito de escucharnos, aprenderemos a manejar las emociones acorde a lo que vivamos, sabiendo en cada momento que debemos hacer para no dañarnos en profundidad en un momento dado.
 
Crea límites sin crear barreras es un buen modo de protegerte.
Crea vínculos de confianza donde la expresión sin juicios sea la base.
Crea espacios de reflexión donde puedas profundizar en tu esencia investigando desde la honestidad el porque nos sentimos del modo en que lo hacemos.
Crea, experimenta, acepta y vive, es el único modo de tener cuerpo y mente sanos.
 
Un abrazo
 
Africa

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