* Ante la confianza, imaginemos que somos como una cebolla; capaces de retirar distintas capas y mostrar nuestro interior en función del entorno en que estemos.
* No es suficiente saber dar confianza o tener el valor de hacerlo. Hemos de preguntarnos si los demás son dignos de ella.
* En entornos de confianza, con gente de confianza podemos quitarnos muchas capas, hasta dejar a la vista el corazón mismo, y mostrar mucho de nuestra forma de ser.
* Pregúntate en cada situación cuántas capas te quitas y si todos los presentes van a reaccionar igual ante tu confianza.
* En entornos poco propicios o con gente que conocemos desde hace poco, debemos valorar cuántas capas podemos de verdad quitarnos, cuánto podemos exponernos, y hacerlo de un modo progresivo.
* Con las mismas personas, pero en distintas situaciones, puede darse el caso de que puedas quitarte menos capas y decidas dar menos confianza. No sólo se trata de las personas, sino también del contexto y del clima de confianza que se crea entre ellas.
* Nunca des toda la confianza a todos y de una forma sistemática. Hazlo progresivamente y analiza las distintas reacciones de aquellos en los que confías.
F. Ramón Cortes
Imparte seminarios sobre
comunicación personal
No hay comentarios:
Publicar un comentario