El amor prohibido es también un amor encadenado,
ya que el amor requiere
de libertad de expresión
para poder desarrollar los sentimientos y
proclamar con
acciones y palabras lo que se siente.
El amor prohibido tiene el sabor
del deseo
imposible de una felicidad perfecta,
que debe permanecer oculta en la intimidad.
Es un amor sin rostro, es un amor escondido,
es un amor sin destino, es un amor
clandestino.
Y eso duele en el fondo, si bien un amor prohibido
no se olvida
porque es para siempre:
nace cuando no debe,
lo sientes cuando no puedes,
pero
perdura aunque no quieres.
Amor prohibido es el que siempre
queda en nuestro
corazón:
un amor bello, casi divino, casi celestial,
pero, oculto y prohibido.
Amor que desafía a la vida por no tener destino.
Amor que retarda el presente y
consume el futuro,
porque solo vive porque ama.
* * *
* * *
“siempre hay un poco de locura en el
amor. Más también siempre hay un poco de razón en la locura” (Friedrich
Nietzsche).
Y para los amantes prohibidos su amor desesperado podrá ser un
delito ante la sociedad... pero nunca un pecado.
Y es que, como lo dijo
Saint-Exupery
“el amor es lo único que
crece cuando se reparte”.
Y sin duda la razón nos puede decir que es mejor
un amor prudente; pero la realidad es que es preferible amar dementemente a
carecer de todo amor.
Desconozco el autor
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