El ángel que perdió las alas volvía a estar sola en el camino hacia su nuevo aprendizaje y al partir, miro hacia atrás para ver a su amigo seguir sus propios aprendizajes. Sonrió y decidió no mirar más atrás hasta que estuviese bien lejos.
Pasado un rato empezó a sentirse mejor aún en soledad. Empezó a concentrarse y la intuición empezó a activarse como siempre lo había hecho.
Decidió por un momento sentarse en una roca que vio al final del camino y descansar por un rato ya que empezaba a estar agotada y por lo que estaba comprobando todavía le quedaba mucho camino por delante y creía que aquella noche debería caminar para poder llegar a casa del mago que calentaba piedras al sol y cuando las lanzaba al cielo se convertían en cartas adivinatorias.
Al llegar a la roca, se sentó y se dispuso a relajarse y reflexionar lo que había sucedido con su amigo, no se lo esperaba y eso le había producido una inquietud innecesaria de la que se debía desprender antes de llegar a la casa del mago.
En un momento de su reflexión oyó una vocecilla que se reía y reía..... el ángel miro a los lados y no vio a nadie, aunque sabía que alguien estaba allí.
Holaaaaaa!!!! escucho.
El ángel que perdió las alas volvió a mirar a su alrededor. No había nadie.
Holaaaaaa!!!! Aquí estoy aquí....
El ángel que perdió las alas miro hacia el cielo y vio a una hadita, parecida a campanilla, pero ésta era muchisimo más alegre que campanilla.
- Holaaaaaa!!! dijo el ángel.
- Cuanto brillo desprendes hada!!! Siempre ríes?
La hadita se propuso presentarse entre risas y le dijo:
- Siiiiii, siempre rió. Es un modo de ver la vida de modo diferente, mantener las energías en sintonía y ofrecer a quien lo precisa una mano para mejorar su camino.
- Vayaaaaaa!!!! dijo el ángel.
- Eres tremendamente preciosa!!!!
- ¿Cómo te llamas?
La hada se puso a reír y dijo:
- Me llaman "sonrisas"
Vayaaaa!!! dijo el ángel que perdió las alas mientras la contemplaba.
Y prosiguió diciéndole: Pues que gran luz regalas a este paisaje la verdad, me encanta haberte conocido ya que tu risa se contagia. Sabes que te digo, ¿té gustaría acompañarme en el trayecto que me queda de camino hacia mi nuevo destino?
- Vale!!! contesto "Sonrisas"
Lo cierto, es que el ángel que perdió las alas estaba encantada de haber encontrado en su camino un nuevo ser mágico que la vida le había otorgado como acompañante hasta su nuevo destino. Lo que había sucedido hacia pocas horas le habían producido tristeza que aquella hada "Sonrisas" le había devuelto a la alegría contagiosa.
Siguió su camino, en compañía de "Sonrisas" y en cada juego que iniciaban se conocían mucho más, ambas eran mágicas, cada una en su especialidad y eso es lo que hacia que entre ellas hubiese armonía.
"Sonrisas" se sentía cómoda con ángel y ángel con "sonrisas". El tiempo les llevo a jugar con todo lo que se les presentaba frente a ellas, indagando, curioseando, toquiteando e incluso experimentando ingiriendo hierbas que hasta entonces desconocían y querían comprobar los efectos que en ellas producían.
Se sentían contentas y siguieron el camino saltando, riendo y aprendiendo una de la otra sin reparos ni nostalgias por el pasado vivido.
Al llegar el manto de estrellas, la hada "sonrisas" se sumergió en el bolsillo del ángel que perdió las alas para descansar y poder así recargar las energías que el vuelo del camino le había desgastado, mientras el ángel que perdió las alas siguió caminando a la espera de poder ver la casa humeante por una fantástica hoguera en la casa del mago que calentaba las piedras al sol y al lanzarlas al cielo se convertían en cartas adivinatorias.
El ángel camino hacia las profundidades del bosque hasta que ....
Un abrazo
Africa
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