lunes, 7 de enero de 2013

TU ME HACIAS SONREIR


Cuando nos encontramos con personas que nos hacen sentir bien, y con las que nos sentimos cómodas y hay unas emociones que no sabemos identificar porque nos sentimos tan bien que en ocasiones pueden llevarnos a confusión (algo usual en las relaciones) debemos intentar en momentos de confusión el evitar que se cree una ruptura ya que puede, solo digo puede, uno con el tiempo sienta que cometió un error por no haber sabido mantener la calma y el haber profundizado en porque uno se siente así, haciendo una valoración sobre todo lo que sentía y vivía.

Este tipo de relaciones son gratificantes por el modo en que llegan y se salen de la normalidad ya que son inesperadas, de ello que nos sintamos confundidos, porque en sí, siempre estamos rodeados de relaciones conocidas, relaciones que tienen un sentido ya que hay una afinidad, en resumen, están dentro de todo el mapa de lo que es nuestra vida laboral y personal.

El sentirse bien cuando uno interactúa con el mundo, es aire fresco para nuestro cuerpo, mente y alma, solo que no sabemos verlo así, quizás por miedo a que todo nuestro mundo, se derrumbe por una inmensidad de dudas que nos surgen sin saber porque, y lo cierto, es que no tiene porque suceder nada cuando uno tiene esa sensación de bienestar, sino más bien, cuidarla y no alejarla, respetarla y aprender que es lo que te está transmitiendo, porque puede, nuestra mente nos esté engañando creándonos inquietud sin ninguna necesidad ya que lo que se vive es simplemente "relaciones sanas" que no tienen ninguna intención de derrumbar nuestro mundo creado con tanto ahinco a lo largo de nuestra existencia, la cuestión es saber colocar cada cosa en su lugar.

Cuando se viven experiencias de este tipo, uno debe sentirse contento de haber sido el elegido ya que la experiencia que habrá tras ello es inmensa, con una gran experiencia escondida en cada palabra dicha, en cada sonrisa compartida, en cada demostración de afecto expresado.

Y es por ello, que nuestra coherencia y responsabilidad sobre nosotros y nuestro entorno deberían estar sobre nuestros prejuicios e ideas preestablecidas, ya que nada sucede por casualidad sino por causalidad.

No subestimemos lo que la vida nos regala, todo tiene importancia en mayor o menor medida, pero todo es importante y solo por un motivo, TE SUCEDIÓ A TI y TÚ ERES VIDA, LA TUYA y todo lo que te suceda es porque debes transitar por ello, mejor hacerlo del modo más natural sin pensar en exceso ¿los porqué? porque quizá no tengan que haber porqué alguno, simplemente debía ser así.

Un abrazo

Africa



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