martes, 19 de febrero de 2013

UNA HISTORIA DE CONCIENCIA

Hará un par de años tres como mucho en que en mi "lugar mágico" Sitges pase mis merecidas vacaciones, fue muy gratificante para mí ya que lo que viví en ese momento fue totalmente mágico, si lo pienso, creo que cualquier lugar puede ser especial si uno está receptivo a todo lo que sucede a nuestro alrededor, el caso, es que mientras estuve en aquel pueblo costero me sentí vibrar en todo momento.

De lo que voy a explicar, puede que muchos no lo entiendan porque miran el prisma desde un lugar que no es el mio, quizás otros lo medio entiendan y otros lleguen a comprender en plenitud lo que voy a explicar.

En Sitges como muchos saben, hay una playa mixta donde los bañistas pueden practicar el nudismo o no, lo que yo he aprendido de esta zona y es por lo que tanto respeto le tengo, es que los amantes de esa playa son muy respetuosos con todo lo que tiene que ver con el entorno, quizás sea que el hecho de que se acepten sus propios cuerpos y no tengan ningún problema a mostrarlo a desconocidos, eso ya es mucho. Es un lugar donde podemos ver de todo, desde el típico mirón que invade un espacio que no le pertoca, hasta una persona que siendo desconocida acaba entablando conversación con quien lo precisa, lo cierto es que dependiendo de la hora siempre nos encontramos los mismos y eso hace que en cierto modo ya cree vínculos, donde las conversaciones son agradables y enriquecedoras y lo más lindo de todo sin ocultar nada de nada.

La historia en cuestión, transcurre en esos días, donde al caer el sol, me inicie en crear figuras de arena, pretendiendo que al subir la marea se las llevase a lo largo de la noche, cada día, durante el transcurso de 10 días se fue creando una con la ayuda de mi hijo pequeño y otros niños. Pero lo curioso, es que el mar no se llevo ni la primera, ni la segunda, .... lo cierto, es que me sorprendió.

Una en particular, la primera, fue la más linda ya que fue una tortuga a la que mis ayudantes los niños que por allí correteaban le íbamos dando los toques que tal belleza precisaba.

Como ya he dicho con anterioridad, el mar no se llevo ninguna y es aquí donde empieza la historia de conciencia. Lo cierto, es que me gustaría que a las personas a quien haré referencia, pudiesen leer este escrito, quizás me criticarían por lo que explico, pero eso es lo de menos, lo importante sería que valorasen lo importante de lo escrito.

El segundo día, cuando llegue a la playa, vi que estaba la tortuga intacta, lo cierto es que me saco una sonrisa, porque estaba creada en la misma orilla con la intención de que al volver al día siguiente, esa maravilla creada por niños y una niña grande "yo" estuviese nadando imaginariamente en las profundidades del mar, pero no fue así, sin embargo, los padres de los pequeños que estaban en la playa les pedían a sus hijos que no lo rompieran, que jugasen pero que no lo tocasen ya que les gustaba tener cerca una figura muy acorde con el mar. Yo acabe riendo junto con mis hijos, porque en sí era todo un espectáculo el saber que algo creado de la nada, era un parque para aquellos niños.

Los niños fueron muy respetuosos con la creación del día anterior, hasta que llegaron dos señoras, desde mi parecer bastantes irrespetuosas por el modo de comportarse, todos los presentes tuvimos que escuchar sus conversaciones banales sobre esto, sobre lo otro, sobre lo de más allá mientras se instalaban.

Curiosamente, se instalaron al lado de la tortuga, jajajajaja, aquí fue el remate cuando a gritos se dispusieron a de demostrar su enojo en el que decían algo así como: "VAYAAAAA Y A QUIEN PUÑETAS SE LE HABRÁ OCURRIDO HACER UNA FIGURITA COMO ESTA EN LA PLAYAAAAAA!!!" Los niños que estaban jugando con la tortuga, se las miraron y se alejaron, supongo que porque los asustaron. Lo cierto, es que a mi jamás me molesta nadie, pero en esa ocasión, pedía a NEPTUNO por favor en cuanto entren en el agua ... ahogalas, jajaja, es broma!!! pero si que todos estábamos deseando que marcharán de aquel lugar para poder volver a tener paz. Y el cielo nos escucho, jajajaja y después de un rato interminable para el resto de bañistas se levantaron y se marcharon del mismo modo que habían venido, con sus griterios, con sus historias gritadas a los cuatro vientos, pero con una pequeña diferencia, que se dejaron las latas de lo que habían consumido y las colillas de los cigarrillos al lado de la tortuga.

Después de lo explicado, creo que en ocasiones las personas ven lo ajeno aunque sea algo bello, sin ver que ellos si que precisan crear cambios en sus actitudes, aptitudes, modos de relacionarse y de ....  (a saber).

Los bañistas que solemos asistir al lugar, recogimos sus desperdicios y no nos cuesta porque es respetar lo que disfrutamos y lo que amamos. Yo amo "Sitges" porque me da mucho a cambio de solo que la respete, de que cuando estoy allí al marchar la deje igual que cuando llegue, creo que es poco lo que nuestra naturaleza nos pide.

Un abrazo

Africa

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