Las decisiones que implican grandes cambios alteran el equilibrio emocional de quien las recibe y pueden generar conflictos. Es esencial comunicarnos de forma que puedan ser "digeridas" y asumidas por los demás. De esta forma, te crearás aliados que te acompañaran en tu proceso de cambio.
ESPERA A TENER CLARA LA DECISIÓN . . .
Pero no lo dejes para el último momento. Comunicar una decisión si aún no la tienes totalmente clara te hace vulnerable a las reacciones de los demás. Pero, una vez madurada, esperar demasiado tiempo para compartirla dificultará que te sientas arropado.
EVITA QUE SEA IRREVERSIBLE
Plantear una decisión como algo inamovible que no admite la intervención de los demás puede provocar una reacción de angustia en tu interlocutor. Evita que quien te escucha tenga la certeza de que ya no hay nada que hacer al respecto.
NO TE BASES EN LA PRIMERA REACCIÓN
Las personas, ante las noticias y decisiones que no esperamos, solemos actuar impulsivamente. Es importante no dejarse condicionar por estas primeras reacciones y dejar un margen de tiempo para obtener una respuesta más serena, que llegará sin duda.
REVIVE EL PROCESO
Aunque ya lo tengas muy claro, incluso cuando ya tengas las cosas muy atadas, da un paso atrás y haz participar a tu interlocutor en tu proceso de reflexión que lleva a la toma de una decisión. Lo ayudarás a que te acepte y te acompañe.
Ferran Ramón-Cortés
Especialista en comunicación
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