sábado, 5 de noviembre de 2011

ANTIGUA HISTORIA

Un hombre estaba muy interesado en conocerse a sí mismo, en iluminarse. Toda su vida había buscado un maestro que le enseñará la meditación. Había ido de maestro en maestro, pero no sucedía nada.

Pasaron los años, y estaba ya cansado, exhausto. Entonces alguién, le dijo:

- Si de verdad quieres encontrar a un maestro tendrás que ir al Himalaya. Allí vive uno, en un parte incógnita; tendrás que buscarle. Una cosa es cierta, el maestro se encuentra allí. Nadie sabe exactamente dónde, porque cuando alguien llega a dar con su paradero, él se adentra todavía más en las cordilleras himalayas.

El hombre se estaba haciendo viejo, pero hizo acopio de valor. Durante dos años trabajó para ganar el dinero del viaje y se puso en camino; se trata de una vieja historia. Así que tuvo que viajar en camellos, en caballos y después seguir a pie hasta alcanzar el Himalaya. La gente le decía:

- Sí; conocemos al anciano es muy viejo; uno no puede saber qué edad tiene, quizá trescientos años, o incluso quinientos años, nadie lo sabe. Vive por aquí, pero el sitio exacto no lo sabemos.  Nadie sabe exactamente por dónde para, pero anda por aquí. Si buscas con empeño le encontrarás.

El hombre buscó y buscó y buscó. Durante dos años estuvo vagando por el Himalaya. Estaba cansado, exhausto, absolutamente exhausto; viviendo sólo de frutos salvajes, hojas y hierbas. Había perdido mucho peso. Pero estaba determinado a encontrar a ese hombre. Merecía la pena, aunque le costara la vida.

Y ¿puedes imaginártelo? Un día vio una pequeña cabaña, una cabaña de paja. No tenía puerta. Miró dentro, pero allí no había nadie. Y no sólo no había nadie, sino que todo indicaba que durante años no había habido nadie.

Puedes hacerte una idea de lo que le pasó a aquel hombre. Cayó al suelo. De puro cansancio dijo:

- ¡Me rindó!

Se encontraba allí, tumbado bajo el sol, con la fresca brisa del Himalaya.

Y por primera vez, empezó a sentirse tan feliz....¡Nunca había sentido tanta dicha! De repente se sintió lleno de luz. De repente todos los pensamientos desaparecieron, de repente se transportó; y sin razón alguna, porque no había hecho nada.

Y entonces se dio cuenta de que alguien se inclinaba hacia él. Abrió los ojos. Allí estaba. Un hombre muy anciano. Éste, sonriendo dijo:

- Así que has venido ¿Tienes algo que preguntarme?

- Y el hombre contesto:

- No.

Y el anciano se rió, dio grandes carcajadas que resonaron en el eco de los valles.

- ¿Sabes ahora qué es la meditación?

Y el hombre dijo:

- Sí.

¿Qué había sucedido?

Aquella exclamación que salió del núcleo más interno de su ser: "¡Me rindó!" En ese rendirse, todos los esfuerzos mentales orientados a una meta desaparecieron, todas las tentativas desaparecieron. Y la dicha se virtió sobre él. Se quedó en silencio, ya no era nadie, y tocó el último estrato del no-ser. Entonces supo lo que era la meditación.

La meditación es un estado mental sin metas.

Me encanto esta ANTIGUA HISTORIA, yo me rindó ante el mundo, me rindó ante las espectativas que los demás esperan de mí, me rindó .... y me rindó.... de lo único que no me rindó es de VIVIR... esa es mi única misión en esta vida.... APRENDER A VIVIR .... APRENDER A MORIR..... y esta misión no tiene espectátivas, no tiene principio ni fin... es simplemente VIVIR y MORIR....

Un abrazo enorme de una alma inquieta

Africa

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