Cuando hacemos algo sin intenciones de dañar a nadie, si funcionamos acorde a lo que sentimos hacia el prójimo siempre desde el respeto, siempre desde la humildad, creo que jamás nos sentiremos culpables de nuestras acciones o palabras.
Y es por ello que creo que nadie tiene la capacidad de perdonar a nadie, ya que es un trabajo interior de cada uno. Si a mi me dañan, yo me trabajaré el dolor que me han creado e intentaré averiguar el motivo que me lo produjo, profundizaré en la máxima oscuridad del dolor para saber que dicho o hecho es lo que me llevo a esa reacción y al mismo tiempo quien me daño deberá curar su parte y ver el motivo que lo llevo a hacerlo, deberá para volver a sentirse en armonía el saber la emoción que lo llevó a reaccionar así.
Si nos basamos que todos somos el reflejo de todos, y que de ti me gusta lo que yo también tengo, y viceversa, quizá sería un buen comienzo para indagar parte de nuestras reacciones.
Es por ello que aún sintiéndome dañada, puede en un primer momento, para ubicarme en la situación que estoy viviendo me aparte de las personas, precise ese espacio para empezar mi exploración personal sobre el motivo de porque me siento así, pero siempre llega ese preciso instante en que vuelvo a relacionarme con las personas que me hicieron sentir herida, porque es un camino (aunque doloroso) pero necesario para conocerme cada día un poquito más, quizá el problema sea del otro el hacerlo, no lo se.
Un abrazo
Africa
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