domingo, 30 de diciembre de 2012

EL ÁNGEL QUE PERDIÓ LAS ALAS VISITA A UN AMIGO DEL BOSQUE MÁGICO

Africa, que así se llamaba mientras estaba en su mundo vivió grandes aventuras, pero una noche preciso volver al bosque mágico ya que debía ir a visitar a un amigo porque precisaba conversar con él, sobre un asunto en concreto.
 
Preparo la mochila con las pocas cosas que podía precisar y se propuso iniciar el viaje hacia tierras donde en cierto momento ya había transitado un poquito.
 
Al llegar al inicio del bosque, el ángel que perdió las alas cogió aire e inició de nuevo la aventura en busca del reencuentro con su amigo un ser mágico.
 
Se encontró como cuando inicio por primera vez el viaje por el bosque mágico a sus amigas las hadas. Todas se pusieron muy contentas, de saber que el ángel que perdió las alas volvía a visitarlos. Todas revoloteando sobre el ángel y hacían corazones en el aire con sus polvos de hadas para festejar el retorno.
 
El ángel que perdió las alas las miraba sonriendo y se dispuso a conversar con ellas.
 
- Hadas, os veo muy contentas, os añoraba enormemente, sois grandes compañeras de camino y bueno, ya formáis parte de mi vida, así que cuando en mi corazón se ancle la añoranza, volveré a visitaros, si vosotras queréis.
 
- Aunque en este caso, vengo porque debo reunirme con un amigo de este bosque para poder comprender algo que todavía está sin solucionar.
 
- A vale!!! contestaron todas las hadas al unisono. ¿Quieres que te acompañemos un trocito del camino?
 
- Claro que si!!!!, contesto el ángel que perdió las alas con una amplia sonrisa. Estaré encantada de disfrutar de vuestra compañía.
 
Iniciaron el camino, pero en esta ocasión la sensación que tuvo el ángel que perdió las alas, es que no era tan oscuro ya que sabía donde pisaba y la compañía de las hadas era distendido ya que jugaba con ellas entre arbustos y árboles. Olisqueron las flores silvestres, saltaron, cantaron, conversaron, rieron,... hasta que llegaron al árbol de la sabiduría que hizo un gran movimiento con sus ramas cuando vio que el ángel que perdió las alas estaba frente a él.
 
- Hola árbol sabio!!! ¿Cómo te va por aquí?
 
- Bien!!! Contesto energícamente. ¿Tú por aquí? Has tardado poco en volver, sucedió algo en tu mundo que te hizo retornar al Bosque mágico.
 
- Bueno, sí. contesto el ángel que perdió las alas, vengo a visitar a un amigo del bosque que debo conversar con él ya que tiene las respuestas a una duda a la cual no encuentro respuesta.
 
- Interesante!!! contesto el árbol sabio. Eso es bueno, saber donde ir cuando uno precisa respuestas y sabe donde encontrarlas. Te deseo suerte en tu nuevo inicio de recorrido por este fantástico bosque mágico.
 
- Árbol sabio, volveré ¿si? ahora debo partir hacia mi destino, no quiero demorarme en exceso ya que la noche en pocas horas será muy oscura.
 
- Hasta otro rato, ángel!!! le respondió con una sonrisa el árbol sabio.
 
- Hasta otro ratito!!! le dijo el ángel al árbol sabio. Y siguió su camino.
 
Al llegar al río, donde había recibido uno de sus mejores mensajes, decidió dedicarle unos segundos y contemplar el agua como seguía bajando bravamente. Y el mensaje que el agua le otorgo le vino a la memoria:
 
"Cuando llego al centro del río, comprobó lo que el mismo le quería transmitir, MANTEN EL EQUILIBRIO, INTENTA NO AHOGARTE ANTE MÍ, MANTEN LA CALMA Y TODO SALDRÁ BIEN, porque solo tu puedes hacerlo. Le resulto complicado, pero escucho entre el rugir del agua fluyendo el mensaje que precisaba saber, y así lo hizo se mantuvo firmemente ante toda aquella avalancha de agua que llegaba hasta ella sin permitir que la bravura le impidiera disfrutar de ese momento."
 
Sonrió y decidió reiniciar el camino, pero le sorprendió no encontrar por aquellos lugares al hijo del astrólogo. Bueno pensó, les dejaré un mensaje escrito a las hadas para que se lo hagan llegar al menos que me lo encuentre por el camino hasta el reencuentro con el amigo que me debo reunir.
 
Y así lo hizo. Las hadas le dijeron que debían volver a su lugar de origen ya que no se les estaba permitido ir hasta tan lejos, no por nada, sino porque en el bosque mágico cada uno tiene su lugar y es necesario estar en él para que todo sea armonioso y si algún nuevo viajero llegase, debería encontrarlas para que lo acompañaran un ratito mientras se hacia con el sitio.
 
El ángel que perdió las alas, les dejo una nota para el hijo del astrólogo por si se lo encontraban se lo dieran:
 
Hola hijo del astrólogo.
 
¿Cómo fue el día?
 
Yo volví momentáneamente y en cuanto obtenga respuestas debo partir hacia mi mundo, es por ello de esta nota, que no puedo demorar mucho mi retorno, solo pase a saludarte y viendo que no estabas en casa, te dejo este presente.... El presente era una flor que había traído de su mundo y que sabía el astrólogo estaría interesado en observarla ya que era muy curioso y era un modo de que si sabía como mantenerla viva siempre tendría un recuerdo del mundo del ángel que perdió las alas.
 
Un abrazo
 
(Firma) El ángel que perdió las alas
 
El ángel siguió su camino y en donde su momento encontró al árbol de la duda allí seguía la flor que había nacido. Era roja y aromática. La olisqueo y siguió adelante en el tramo que todavía le quedaba por recorrer ya que dejo tras de sí la casa del gato ya que quería saber si el árbol de la duda había vuelto a surgir. Quedándose más tranquila se reincorporo a ir a casa del gato, de quien no había olvidado su mensaje mientras se alejaba.
 
"La vida no es un problema que tiene que ser resuelto,
sino una realidad que debe ser experimentada"
 
Ese mensaje siempre le acompañaba.
 
Se acerco a la ventana y vio esa bombilla en el mismo lugar que la encontró la última vez. Busco la puerta para acceder y poder saludar a gato.
 
Pico a la puerta, y gato con una sonrisa salio a recibirla, mientras le decía:
 
- Bienvenida de nuevo, te estaba esperando!!!
 
- Lo se, gato, pero aproveche el volver aquí para saludar a los habitantes amigos de este fantástico bosque.
 
- Me alegro de que así lo hicieses, ¿visitaste al mago que calientas las piedras y al lanzarlas al aire las convierte en cartas adivinatorias?
 
- No, está de viaje, en su retorno ya volveré para conversar con él. Marcho de viaje con "hierbas" ¿La conoces?
 
- Ummmm, No, no la conozco por este nombre no me suena, pero seguro que si es habitante de este bosque en alguna ocasión habré coincidido en algún cruce de caminos.
 
- Si, yo también lo creo, dijo ángel que perdió las alas mientras se reía a carcajadas. Y a continuación, miro a gato y le expreso el motivo de su retorno.
 
- Gato, preciso que me muestres tu biblioteca.
 
- Sirvete tu misma, le contesto gato, sabes donde encontrar las cosas cuando las necesitas así que adentrate en la casa y utiliza lo que precises.
 
- Gracias, dijo el ángel que perdió las alas. Te estoy muy agradecida.
 
Gato, dejo al ángel que perdió las alas a solas para que se sintiera cómoda, y el desde otra estancia la observaba.
 
- Gato, dijo el ángel que perdió las alas, ¿ves estos 7 libros luminosos?, que hay en esta estantería?
 
- Si, no me había fijado antes en que tuviesen tanta luz, le contesto alegremente.
 
- Pues son tus libros, solo cuando los precises brillaran para que los hojees, le respondió el ángel que perdió las alas.
 
El ángel que perdió las alas se sitúo en el centro de la sala, totalmente rodeada de la biblioteca de gato, cerro los ojos y empezó a dar vueltas sobre si misma, se paró abrió los ojos, dio tres pasos y cogió un libro muy antiguo.
 
Este libro tenía en el centro una cerradura. El ángel saco de su saco del destino una pluma de las que los ángeles que custiodiaban sus alas le habían entregado. La introdujo en la cerradura y al abrirse, la luz que estaba oculto en él se desplegó en todos los rincones de la casa.
 
El gato que estaba impresionado por lo que estaba observando, sonrió, se acomodo y siguió observando sin decir ni miau.
 
El ángel que perdió las alas se sentó en el suelo y empezó a hojear el libro con mucho cuidado al pasar cada hoja ya que todo lo que tenía en sus manos era pura sabiduría de sus ancestros.
 
Leyó y leyó hasta que en un momento dado levanto la mirada del libro y con una sonrisa le dijo a gato:
 
- Gato, gracias por dejarme visionarlo.
 
Gato, la miro y le contesto:
 
- Este es tu libro, has venido a recogerlo porque llego el momento de que supieses lo que contenía. Es por ello, que llevo unos días esperándote y me alegro de que llegarás.
 
- jajajajaja, eres tremendo, le contesto el ángel que perdió las alas a su tan leal amigo.
 
- Gato, ¿te importa que hoy duerma aquí en tu casa? le pregunto euforícamente el ángel.
 
- No!!!, también lo tuve en cuenta, Venga ángel busca la cama y acuestate en ella, yo te vigilaré mientras duermes.
 
- Gracias, el ángel se levanto del suelo y miro a su alrededor, localizando la cama porque la necesitaba. Se acostó en ella y siguió leyendo el libro hasta caer en un dulce sueño.
 
Gato, viendo lo tranquila que estaba ángel, decidió recostarse junto a ángel para dormir aquella noche.
 
Y menudo panorama se vivía en casa del gato ya que aquella noche fue mística, donde el ángel que perdió las alas durmió cogida al libro de la sabiduría con un brazo y con el otro con su amigo gato.
 
Al amanecer, el gato al despertar vio que el ángel que perdió las alas ya había regresado a su mundo sin previo aviso. Y sobre la cama había el libro abierto con una llave en su interior. Lo cogio, lo cerro y lo volvio a dejar en el mismo lugar de donde el ángel que perdió las alas lo había descubierto para que si en algún momento lo precisaba volviera a encontrarlo en su lugar.
 
Un abrazo
 
Africa

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