jueves, 11 de julio de 2013

¿Y tu que quieres?

A lo largo del camino recorrido si miro tras mis huellas compruebo que la pregunta ¿Y tu que quieres? ha surgido de la nada en una inmensidad de ocasiones. Lo cierto, es que siempre he procurado darle respuesta ante una pregunta tan difícil de resolución, porque para poder saber que quiero debo sumergirme en mi interior y no siempre uno se siente con las fuerzas de poderlo hacer.

Si vuelvo tras mis pasos hasta este mismo instante percibo muchos instantes importantes para mi ser...

En los inicios de mi vida en sociedad donde los pasos eran únicamente míos sin compañía, quise trabajar mientras estudiaba, precisaba de ambas cosas para poderme sentirme plena, era caminar en dos campos en paralelo donde lo aprendido lo aplicaba en todo momento.

Trascurrido ese mini-aprendizaje quise solo trabajar aun dejando cosas pendientes en mi tintero personal, ya que cuando surgió de nuevo la pregunta sobre ¿Y tu que quieres? fui lo suficientemente sensata en comprender la situación de aquel instante el que me estaba respondiendo. Deje de lado la idea de mis estudios, los que siempre quise realizar, por poder cubrir ciertos gastos que me solicitaba la sociedad.

El trabajar me permitió formar mi hogar, dar vida a dos seres maravillosos de los que estoy muy orgullosa de como miran de frente a la vida y de crear una estabilidad que hasta el día de hoy me acompaña. Pero, aún así la pregunta siguió surgiendo, porque yo no soy mi familia sino que formo parte de ella, y aún enriqueciéndome de todos los que la componen yo sigo queriendo.... y compartiéndolo con ellos.

En un momento dado, sentí esa necesidad imperiosa de que se creará un cambio ya que los caminos en que estaba entonces, habían perdido totalmente el sentido de seguir transitándolos demasiados años sumergidos en una cueva tenebrosa donde lo único que valía era el dinero que en ella se producía, donde el tirano despreciaba al equipo que hacia fructífera su cueva. En ese momento, algo sucedió y comprendí que la pregunta de ¿Y tú que quieres? se me manifestaba de un modo bien diferente a como lo había hecho hasta entonces, fueron momentos de una gran incertidumbre, donde todo era caótico ya que el desprecio de tantos años acabo con una denuncia de mi persona hacia el tirano. Fue una gran enseñanza, ya que el mensaje encriptado donde la llave era la libertad me dejo grandes heridas de batalla, pero una gran satisfacción de haberme atrevido a realizarla. Era algo que agradezco a mi compañero de camino, el transitó todo lo que se tuvo que vivir y me animaba a seguir adelante en momentos en que la tristeza me doblegaba.

Este acontecimiento me llevo al lugar que tanto quería pero que no sabía ver por todo el ruido que la sociedad ponía frente a mi.... El ser mama 24 horas al día, el poder cuidar de mi familia y el de poder estudiar tranquilamente lo que me apetecía. Fueron los mejores años de mi existencia, reconozco que fueron así.

En los cursos que realice, pude conocer a personas que residen en mi propia localidad y que no nos conocíamos, con otros puede volver a reiniciar amistades que el poco tiempo que teníamos nos lo impedían, en otros llegaron nuevas caras, y de todos y todas aprendía, fue mágico ese momento, porque era algo nuevo que estaba entrado en mi vida y que por cuestiones varias no las había transitado aún.

Todo tiene un ciclo, y trascurrido preciso volver a ser activa en la sociedad fuera de mi entorno, vuelve a surgir la pregunta mágica, pero en este caso de modo sosegado, dando cavidad a un gran abanico de posibilidades, donde no quiero volver a errar en acabar cayendo en las manos de un tirano por no estar atenta a lo que percibo.

El querer trabajar llevaba implícito un aprendizaje que precisaba transitar y que hasta entonces no lo había vivido, el trabajar en turno de noche. Y como curiosa que soy de mis propias valías que no he utilizado hasta entonces, acepte trabajar en este turno ya que ello me podía llevar a otros caminos que desconocía. Momentos duros, de tránsito no al principio sino cuando el cansancio de años, nos lleva a comprender que lo que se desconoce va dándonos los mensajes tal y como van transcurriendo las noches. Lo que da la sensación de que trabajar de noche es una buena opción para poder estar más tiempo en familia.... y los años te demuestran que es todo lo contrario, que las noches son largas y frías no solo en las estaciones sino también en las relaciones, porque nuestro buen humor desaparece y queda anclado el cansancio de años de trabajo nocturno, te enseña tanto la noche!!!

El trabajar de noche me abrió ventanas al mundo, eso hizo  mientras parte del mundo dormía había otra parte que estaba en plena actividad y el saber de ellos me llevo a enriquecerme con sus compañías.  Pero como el mundo es tan amplio y tan diverso, uno se encuentra con muchos modos de ver, sentir, relacionarse, divertirse, ... y la verdad hubo de todo pero fue más enriquecedor que negativo, y bueno hasta el día de hoy ahí estoy compartiendo con el mundo, algo que si me lo hubiesen dicho hace unos años, no me lo hubiese creído.

Llevo tiempo escuchando de fondo de nuevo la pregunta ¿Y tu que quieres? y realmente ahora si que me resulta difícil darle respuesta, porque la vida me dice que si quiero asegurarme un puesto laboral debo estudiar algo que no quiero, pero que si lo miro de modo coherente debo hacerlo aunque si escucho a mi ser me dice, estudia algo en que nadie se beneficie más que el prójimo, donde ningún tirano sea el que se beneficie, donde puedas dar lo mejor de ti y vuelvas a poder ver el sol del día. Es tan difícil, descifrar cual es ese lugar, si supiese que estudios son esos, los iniciaría sin pensarlos del mismo modo que  me podría mis botas de peregrina para transitar el camino necesario que me lleve a donde debo llegar.... pero ahí estoy intentando entender un idioma propio pero que ahora mismo me nubla el camino y me encoge el alma por no poder iniciar lo que mi ser me manda haga.

Llegado a este mismo instante, me planteo pararme en la cima de la montaña en la que mis pasos me llevaron y sentarme en silencio intentando escuchar al viento que nuevos mensajes me envía para mi travesía. 

Un abrazo

Africa

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