viernes, 27 de diciembre de 2013

TU MEJOR AMIGO ERES TÚ

Para que nuestra autoestima eche raíces y florezca, hemos de tratarnos con respeto, como lo haría un amigo.

En esta sociedad se está engendrando un fenómeno generalizado que amenaza con enturbiar nuestra felicidad personal: el "automaltrato psicológico". Yo lo definiría como la forma que tiene el ser humano de castigarse y mutilarse a través del pensamiento negativo, causando graves  heridas en su autoestima. Algunos síntomas de este nuevo síndrome son:

* Ante un reto, la mente argumenta: "No serás capaz, tú solo no puedes, eres menos que los demás".

* Sentimos constantemente que hay algo que falla en nosotros mismos.

* Ante un descuido o un pequeño error las palabras que salen de la boca por inercia son: "Qué tonto soy", "¡Seré idiota!" o cualquier descalificación similar.

* Sentimos que nada de lo que hacemos es suficiente para estar satisfechos con nosotros mismos.

* No somos capaces de mirarnos con comodidad al espejo o sentimos rechazo hacia el propio cuerpo.

* En el caso de que seamos capaces de observar nuestro cuerpo, lo único que vemos son los defectos. Los ojos buscan con avidez las zonas que más disgustan reafirmando así el pensamiento negativo de que nuestro cuerpo no es válido ni estimable tal como es, lo cual genera profunda frustración.

Imaginemos ahora que tenemos un amigo que constantemente está descalificándonos y desaprobándonos; que hagamos lo que hagamos, siempre encuentra un "pero" a nuestro comportamiento; que nos dice constantemente lo feo que es nuestro cuerpo y la cantidad de defectos que tiene; que nos insulta cuando tenemos una pequeña equivocación; que es incapaz de ofrecernos amablemente una palabra de apoyo o de aliento; o que, cuando nos sentimos verdaderamente vulnerables y decaídos, no nos trata con amor ni compasión ni nos arropa ni nos cura las heridas sino todo lo contrario, nos dice que espabilemos de una vez y nos hace sentir culpables por nuestra debilidad.

TRATARSE CON AMABILIDAD

Lo más lógico, y la mayor muestra de amor hacia uno mismo, sería mandar a este amigo bien lejos de nosotros. Todos nos rebelaríamos y le haríamos ver que no estamos dispuestos a aguantar el despotismo.

¿Te gustaría tener siempre a tu lado a alguien así? Visto desde fuera, esta claro, ¿verdad? Nadie con una autoestima sana toleraría la compañía de alguien que le maltrata sistemáticamente. Entonces, ¿por qué hay tanta gente que elige convivir con su maltratador interno? ¿No se dan cuenta de que tener una compañía así es perjudicial para la salud mental?

Digámonos a nosotros mismos lo que diríamos a un amigo que nos trata de esta manera tan irrespetuosa. Dejémosle bien claro que, a partir de ahora, si pretende relacionarse con nosotros, tendrá que acercarse con amor, con tolerancia, con respeto, con amabilidad y con una mirada positiva. ¡Que no hayan dudas al respecto: se permite la crítica constructiva, pero de ninguna forma la destructiva!

CUESTIÓN DE PRÁCTICA

Es absolutamente necesario aprender a ser tolerantes con nosotros mismos, dejar de criticarnos, ser amables y pacientes con nuestra persona y aprender a valorar aquellas cosas que sabemos hacer bien.

Lo sano es aprender a ser más permisivos con uno mismo y también adoptar el hábito de mimar nuestro cuerpo y considerarlo como lo que es: la herramienta que tenemos para transitar por la vida, el instrumento que nos permite abrazar a los que amamos, lo que nos proporciona una buena parte del placer de esta vida, lo que nos permite sentir ...

Sólo es una cuestión de práctica, sólo hace falta poner la lupa en el lugar correcto, poner la lente de aumento en todas las cosas positivas que hay en nosotros, que son muchas.

Si queremos vivir con más plenitud y satisfacción, empecemos a aceptar y valorar lo que ya somos. Y dejemos, de una vez por todas, de dormir con nuestro propio enemigo.

Maite Doménech
Psicoterapeuta y coordinadora
de talleres sobre autoestima

No hay comentarios:

Publicar un comentario