Una realidad como otra, es encontrarnos en emociones donde la vida ajena la vemos más fascinante que la propia. Eso solo sucede cuando las insatisfacciones o el mero hecho de no sentirnos bien con nosotros mismos hace que caigamos en la comparación con quien interactuamos.
Es por ello, que vamos a ir más allá de lo visible ,e intentaremos cada uno de nosotros a nivel privado y de modo silencioso reflexionar sobre esto que expondré a continuación.
Iniciamos una relación donde el desconocimiento del otro es obvio en un principio, pero que el interactuar de forma usual nos permite comprobar que las afinidades son existentes y las simpatías son evidentes, "pero..."... "siempre hay un pero, lamentablemente"...
Voy a crear una situación hipotética que en muchas ocasiones caemos "todos" sin siquiera saberlo en un principio.
Conocemos a alguien, con quien empatizamos. Este alguien lo vemos como un desconocido bastante afín a como uno funciona y eso crea un interés mutuo de sus vidas.
El primer contacto es cordial, distendido, donde el cambio de información lleva a un buen entendimiento, y en cierto modo gratifica el haber podido encontrar a alguien con quien nos sentimos bien, nos sentimos a gusto de poder relacionarnos, en definitiva, sentimos que la monotonía en la que vivía aunque sea de forma momentánea desaparece. El desconocimiento crea curiosidad. Somos seres misteriosos.
Esta relación se estrecha, y ese bienestar que tanto nos servía para vivir en "nuestro mundo aburrido" y poder transitar sin caer en la apatía un día no se sabe porque cambia.
¿Qué motivos pueden hacer que cambie? Muchos, pero solo me limitaré a expresar algunos.
De un modo inconsciente empiezo a sentir celos de esa persona, ya que "creo" que su vida es divertida, amena, tranquila, sin problemas...... "Su jardín "vida" es más luminoso que la mía!!!! No puede ser!!! mmmmmm..... empieza la reflexión profunda.
Creo que todos en algún momento de nuestras vidas hemos llegado a sentirnos así, posiblemente en muchas ocasiones no fueron celos, pero sentimos otras emociones que nos llevaron a distanciarnos no porque la relación no fuera afín, no porque la relación no fuera enriquecedora, no porque la relación no fuera cordial, .... sino porque yo no pude mantener mi mente callada sobre lo bueno que era vivir esta relación como una posibilidad a crecer yo como persona al mismo tiempo que con quien me relacionaba tenía su propio camino de crecimiento. Porque en sí los cruces donde se encuentran afinidades y simpatías no son por casualidad sino por causalidad, y eso es preciso tenerlo siempre en cuenta para poder vivirlo en plenitud sin cerrar puertas, ni que se creen discordias innecesarias.
Llegado ya a este punto, lo interesante sería que nos planteásemos en cada una de nuestras relaciones el verla desde el punto de que no somos hombre o mujer, sino PERSONAS y que ante esto todos somos iguales.
Todos vivimos y nos relacionamos acorde a lo que debemos aprender, todos tenemos las mismas virtudes y los mismos defectos, lo único que algunos a lo largo de su camino han podido desanudar estos obstáculos que con tanto brillo te distorsionan en tu crecimiento, pero ten en cuenta que todavía le quedan muchos por desanudar.
Cuando nos encontramos con alguien que vemos no tiene celos, tranquilos seguro que los vivió en algún momento y la vida le enseño a controlarlos, y quizás por ello ahora es tu espejo para que tu los soluciones teniendo frente a ti alguien que podrá entender como te sientes, se convertirá en tu bastón de apoyo en este tránsito de aprendizaje, y quizás tú ya desanudaste muchos que le servirás también de bastón a quien también lo es para ti .... es una bella demostración de que todos somos alumnos y maestros de todos y que nadie, absolutamente nadie es ni mejor ni peor, simplemente somos, y eso es lo importante, no perder el camino por ver brillar más el sol en casa ajena, sino miremos como reluce en la nuestra y trabajemos nuestra tierra para que sea prospera de servir de ejemplo a otros jardines que precisan de nuestro reflejo.
Un abrazo
Africa
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